Él sigue presente en
estas tierras. El día en que se marchó físicamente ha dejado sus marcas en la
tierra.
Hoy, la tierra muestra
sus arrugas por tantos años pasados. Inviernos con heladas que formaron
escarchas sobre ella, congelando la poca humedad existente.
Veranos nada benévolos
que también dejan sus huellas resecando las hierbas, yuyos, arbustos y la misma
tierra. Es seguro que estas grietas son tan profundas como el dolor sufrido por
Tuvicha Mirim y su pueblo cuando partió.
Ese pueblo, mezclado en
la tierra, sale de sus profundidades resquebrajando la superficie con el deseo
de resucitar en cuerpo y alma nuevamente y expresar su grito de libertad. Hoy se trasladan con los
diferentes cursos de agua moldeando su llanura, su hogar eterno.
El agua los arrastra y
los deposita en diferentes lugares, dibujando nuevos paisajes. Ellos sin lugar
a dudas, son esa arquitectura polimorfa que construyen: crecen y luego
vuelven a desaparecer o trasladarse,
como nómade pueblo que fueron, a través de las ondulaciones de la llanura.
Se aferran a los árboles
o sacan a relucir las raíces, como muestra de que sus venas se prolongan hasta
las copas para respirar mejor y fortalecerse. Caminos, puentes de
madera o fierro, casas de ladrillo y hormigón, crecen y parecen afirmarse sobre
la tierra. Pero ellos, desde abajo, fuerzan por respirar y salir latiendo
fuerte y agrietando todo lo que se posa sobre la superficie.
Gritan “¡Estamos vivos!
No habrá modernidad que pueda tapar tanta historia de nuestros antepasados”. Socavando terraplenes
como una eterna y silenciosa guerra de la naturaleza, de la que ellos fueron
elemento esencial.
El Gorrión (Passer domesticus) El pájaro más conocido,
peri doméstico, bullanguero y oportunista. Introducido al país en 1872, (Durante
el gobierno de Sarmiento, de ahí que se le atribuya su ingreso) por el
cervecero Emil Bieckert por sugerencia de sujardinero
español, para combatir el bicho canasto o de cesto (Oireticus Rirbyi), pero el
pago de la aduana le resulto exagerado y decidió soltarlos en el puerto. Tuvo
una rápida expansión gracias a sus hábitos omnívoros. Muy prolifero anida en
cualquier hueco o nidos abandonados por otras especies, pero curiosamente
ningún ave ocupa un nido que fue utilizado por este. Las hembras y juveniles carecen del babero negro y la
corona gris de los machos. A principios de agosto se los ve realizando el
cortejo, el macho con la cola parada y las alas caídas, efectúa carreritas a
ambos lados de la hembra mientras trina constantemente. Símbolo de la libertad, no tolera el cautiverio
muriendo, generalmente, al poco tiempo de ser enjaulado.
Puente de Hierro del Ferrocarril Roca sobre el Tuvichá Mirim ( Río Salado) a unos kilómetros al norte de la localidad de Roque Pérez
No mires hacia abajo…
mira el infinito camino al cielo!!!
Un puente es el camino
que nos hace cruzar un obstáculo. Pero este no es un sendero libre de
complicaciones.
Él tiene sus grietas que
debemos salvar para proseguir nuestro camino.
Si miramos en ellas,
allí abajo, en la profundidad de ese abismo, se nos aparecen todo tipo de
alimañas que nos quieren atrapar e inmovilizarnos.
Debemos cuidar nuestro
paso. Firme, seguro, observando las adversidades. La vida es un puente
finito para llegar al infinito camino del cielo.
Sin lugar a dudas, desde
el puente vemos arriba un cielo tormentoso. También esas tormentas nacen desde abajo
y crecen encima nuestro, para desplomarse de vez en cuando sobre nosotros. Muchas veces esperamos,
deseamos que esta tormenta no llegue pero, una vez producida, un nuevo gran
alivio se apodera de nosotros… temporalmente.