Desde la entrada del túnel, basta recorrer pocos metros para sentirse parte del yacimiento casi a cielo abierto y observar turquesas, topacios, cristales de cuarzo y ágatas explotando desde las entrañas de los muros rocosos.
El fenómeno se encuentra a 2 km del centro de la localidad de Wanda, bañada por el río Paraná, y a 40 de Puerto Iguazú. Entonces, se vuelve un complemento curios e ineludible para quienes visitan las Cataratas.
Aquí la selva no es el llamador, sino los colores
vibrantes de las piedras donde el violáceo de las amatistas convoca para la
foto.
Estas fotos fueron publicadas en la Revista Huéspedes edición Nº55
Este texto fue copiado de la publicación, ustedes pueden observar toda la revista en el siguiente link
Prácticamente sobre la faz del suelo,
este singular atractivo proviene de la era terciaria, cuando el basamento
sufrió coladas de lava provenientes del centro de la tierra.
Luego, la lava se enfrió,
el gas aprisionado formó el basalto y esa roca madre permitió que, años más
tarde, afloraran estos prismas hexagonales, bipiramidales y octaedros, dignos
de ser admirados y conocer su origen.
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En la Página 52 y 53 publicaron mis fotos sobre la Mina de Wanda